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Mala Conducta del Gobierno

Algunas condenas erradas son causadas por errores honestos. Pero en muchos casos, las mismas personas que son responsables de buscar la verdad y sobre todo, asegurar la justicia —agentes de la policía y fiscales— pierden la visión de estas obligaciones y por el contrario, se enfocan únicamente en buscar una condena.
Los casos de condenas erradas resueltos mediante el análisis de ADN están repletos de negligencia, fraude o mala conducta de parte de los fiscales o los departamentos u oficinas de la policía.

A pesar de que muchos agentes de la policía y fiscales son honestos y de confianza, la justicia penal depende de un esfuerzo humano, por lo tanto, existe la posibilidad de negligencia, mala conducta y corrupción. Incluso, si uno de cada mil agentes de la policía es deshonesto, seguirán existiendo las condenas erradas.

Exoneraciones por ADN han expuesto la mala conducta de los agentes en todos los niveles y etapas de una investigación penal.

Las formas más comunes de mala conducta de la policía incluyen:

  • El empleo de sugerencias durante los procesos de identificación
  • La obtención forzada de confesiones falsas
  • Mentir o engañar intencionalmente al jurado o al juez sobre sus observaciones
  • Incumplir con la entrega de evidencia que demuestra que el acusado no hizo el crimen
  • La entrega de incentivos a informantes para obtener de ellos pruebas poco fiables

Las formas más comunes de mala conducta de los fiscales incluyen:

  • Retención de evidencia que demuestra la inocencia del imputado
  • El mal manejo, maltrato o destrucción de evidencia
  • Permitir el testimonio de testigos a sabiendas que no son sinceros
  • Ejercer presión a los testigos de la defensa para que no testifiquen
  • Confiar en peritos fraudulentos
  • Hacer argumentos falsos que exagere el valor probatorio del testimonio